Tiempo Ordinario
Domingo, 6 de julio 2025
estola de color verde
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LA SAGRADA ESCRITURA

San Jerónimo subrayaba la alegría y la importancia de familiarizarse con los textos bíblicos:
«¿No te parece que estás -ya aquí, en la tierra- en el reino de los cielos, cuando se vive entre estos textos, cuando se medita en ellos, cuando no se busca otra cosa?» (Ep. 53, 10).

En realidad, dialogar con Dios, con su Palabra, es en un cierto sentido presencia del Cielo, es decir, presencia de Dios. Acercarse a los textos bíblicos, sobre todo al Nuevo Testamento, es esencial para el creyente, pues «ignorar la Escritura es ignorar a Cristo». Es suya esta famosa frase, citada por el Concilio Vaticano II en la constitución «Dei Verbum» (n. 25).

Benedicto XVI presenta las enseñanzas de San Jerónimo

Lecturas de la Santa Misa del día y de cualquier fecha

Elegir un día en el calendario para ver sus Lecturas. Los Domingos y Festivos contienen un breve comentario.

Estola de color verde
Domingo XIV del tiempo ordinario
Primera lectura
Is 66, 10-14c
Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz
Lectura del libro de Isaías.
FESTEJAD a Jerusalén, gozad con ella,
todos los que la amáis;
alegraos de su alegría,
los que por ella llevasteis luto;
mamaréis a sus pechos
y os saciaréis de sus consuelos,
y apuraréis las delicias
de sus ubres abundantes.
Porque así dice el Señor:
«Yo haré derivar hacia ella,
como un río, la paz,
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.
Llevarán en brazos a sus criaturas
y sobre las rodillas las acariciarán;
como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo,
y en Jerusalén seréis consolados.
Al verlo, se alegrará vuestro corazón,
y vuestros huesos florecerán como un prado,
se manifestará a sus siervos la mano del Señor».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal. 65, 1b-3a. 4-5. 6-7a. 16 y 20 (R: 1b)
R
Aclamad al Señor, tierra entera.
V
Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!». R
V
Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R
V
Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos en él,
que con su poder gobierna eternamente. R
V
Los que teméis a Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica
ni me retiró su favor. R
Segunda lectura
Gál 6, 14-18
Llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas.
HERMANOS:
Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo.
Pues lo que cuenta no es la circuncisión ni la incircuncisión, sino la nueva criatura.
La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre el Israel de Dios.
En adelante, que nadie me moleste, pues yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.
Palabra de Dios.
Aleluya
Col 3, 15a. 16a
R
Aleluya, aleluya, aleluya.
V
La paz de Cristo reine en vuestro corazón;
la Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza. R
Evangelio
Lc 10, 1-12. 17-20
Descansará sobre ellos vuestra paz
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
EN aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”.
Pero si entráis en una ciudad y no os reciben, saliendo a sus plazas, decid: “Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que el reino de Dios ha llegado”.
Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad».
Los setenta y dos volvieron con alegría diciendo:
«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre».
Él les dijo:
«Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y nada os hará daño alguno.
Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».
Palabra del Señor.

DOMINGO DE LA XIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

¡Poneos En camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos (Evangelio) Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo.

Podría parecer un lenguaje extraño, pero sabemos que Jesús ha venido a establecer un reino que no es de este mundo. Quienes quieran colaborar en la instauración de este reino de Cristo no serán aplaudidos por el mundo sino perseguidos: como me persiguieron a mí también os perseguirán a vosotros y por eso nos sentiremos como corderos entre lobos. Pero también ha señalado que no tenemos nada que temer porque El ha vencido al mundo y estará con nosotros.

Muchas veces nos tocará ir contra corriente y por eso encajan perfectamente las palabras del Apóstol Pablo, arriba citadas, en torno a nuestra postura de abrazarnos a la cruz. Quien quiera venir en pos de mí tome su cruz y me siga. Cruz, persecuciones... no es fácil seguir al Maestro, pero en ello consiste la plenitud de nuestras aspiraciones.

Leamos unos pensamientos del libro Frutos de Oración de la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia, sobre el gozo de la cruz:

1.455. El gozo de la cruz es tan profundo, fino y gustoso, que no lo podrá comprender más que el que lo experimente; y se va saboreando sólo en la medida que se busca la gloria de Dios, haciéndose vida en el alma la frase del Apóstol: «Vivo yo, mas no yo, sino que es Cristo quien vive en mí». (10-11-1975)

1.456. ¡Qué dulce es la cruz cuando se ama! Pero sólo el amor es capaz de abrazarse a ella con gozo; por eso, Jesús, que es el Amor Infinito, se clavó en la cruz por amor al Padre y a los hombres. (21-1-1975)

1.459. Jesús, siempre que sufro me uno más a ti, y entonces mi dolor se convierte en alegría. (25-3-1961)

1.461. El amor no está en palabras, sino en un morir gozoso, en crucifixión total del yo, con Cristo crucificado. ¡Qué gozo da el sufrir para dar gloria a Dios y vida a las almas...! En esto debe estar el descanso del alma sacerdotal. (1-2-1964)

1.462. El secreto de la cruz encierra un gran deleite, y éste es saber que estamos en ella con Cristo, el cual por nuestro amor murió crucificado. (1-2-64)

1.466. El gozo saboreable de poder sufrir por Dios sólo lo da el amor. (8-8-1971)

1.504. ¿Dices que amas y huyes del dolor? Perdona, alma querida, te confundes. El amor pide crucifixión, y el sufrimiento aumenta el amor. (30-10-1961)

1.516. La cruz, cualquiera que sea, fue tan sublimada por Cristo, que ya, siempre que por Él se lleve con amor, es camino de gloria, encuentro de Dios y amor de respuesta. Así, la cruz es dolor, pero en amor al que amamos. (1-5-1976)

Citamos también, sobre este mismo tema, unas poesías de la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglsia en su libro Vivencias del alma:

250

SOY DE DIOS Y DE LA IGLESIA

Soy de Dios y de la Iglesia;
por eso no he de temer
cuando me arrecie la prueba,
pues en Dios descansaré.

Soy de Dios y de la Iglesia;
mi vida a Él consagré
para, en su excelsa excelencia,
expresarle en mi saber.

Soy de Dios y de la Iglesia,
de su Canción, eco fiel,
y, como Madre amorosa,
me dijo su padecer.
Por eso, cuando notaba
la destrucción de mi ser,
repetí constantemente
al sentir mi anochecer:

Soy de Dios y de la Iglesia;
¡esto me lo sé yo bien!
Y, en las manos del Eterno,
yo por ella me entregué.
El Amor es el testigo
de mi siempre padecer,
en mi afán de darle gloria
sólo buscándole a Él.

Soy de Dios y de la Iglesia;
por eso no he de temer
cuando me arrecia la prueba;
¡por mi Iglesia me ofrendé!

9-1-1976

209

CRUZ BENDITA

Te encuentro en todas partes,
porque te llevo dentro,
impresa en mis entrañas
con beso del Inmenso:

Agonías del alma,
que yo guardo en silencio...,
hablas de Dios, sagradas,
selladas en misterio...

Te encuentro en todas partes,
pues, si gusto al Eterno,
su petición es fuerte,
¡tanto que rompo en duelo!

Te encuentro en todas partes,
mi glorioso trofeo,
respuesta a mis entregas,
premio de cuanto anhelo.

Te encuentro en todas partes,
cuando corro al que espero,
porque, en Él, tú me brindas
el premio de este suelo.

Te encuentro en todas partes,
mientras lucho en destierro,
siéndote tú mi gloria
y el triunfo en mi torneo.

¡Te encuentro en todas partes
hasta que vuele al Cielo!

9-4-1975

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