Tiempo de Pascua
Jueves, 18 de abril 2024
estola de color blanca

FIESTA DE LA INMACULADA

671. En el Cielo todos los coros angélicos, atónitos, adoran silentes, rostro en tierra... El Padre, impulsado por el amor del Espíritu Santo, en el Verbo, crea... María es concebida sin pecado original... ¡La Virgen sólo es de Dios! (8-12-1959)

670. En la medida que el Verbo se da a la Virgen se le da el Padre y el Espíritu Santo, cada uno en su modo personal, para la realización del plan divino. (7-12-1974)

Con estas pinceladas que leemos en el libro de la Madre Trinidad Frutos de Oración nos introducimos ya en el misterio de María, solo mirando con ojos de fe seremos capaces de entrever este misterio.

La acción de Dios en Ella hay que valorarla teniendo delante la grandeza del mismo Dios. Como nos dice el texto de la Misa en su fiesta, María es creada para ser digna morada de Dios.

Pío XII nos dirá: Desde la eternidad, antes que a toda otra criatura, Dios la ha tenido presente a sus ojos; la ha amado, la ha escogido para enriquecerla con sus dones, cuanto es posible a una criatura.

La Madre Trinidad nos dice textualmente: ¡Misterio de profundidad secreta es la presentación de la vida de María ante los hombres...! ¡Misterio solamente conocido por el amor, manifestado a los pequeños y vivido por los sencillos bajo la luz, los dones y los frutos del Espíritu Santo, el cual envuelve a la Señora bajo su amparo, la cubre bajo sus alas y la abrasa en su fuego para que los ojos del hombre carnal no la profanen al intentar descubrir su riqueza...!

En María el ensamblaje de las verdades de fe nos la presenta con pinceladas llenas de luz: Inmaculada, Virgen y Madre de Dios, Corredentora junto a la Cruz y Asunta en cuerpo y alma a los cielos.

No podemos ver una de estas verdades sin vincularla a las otras, como tampoco podríamos quitar una sin que cayeran las otras.

La lógica y perfección de Dios Creador la admiramos en la que es la creación más perfecta de una pura criatura.

Terminamos con la poesía de la Madre Trinidad:

María es un portento de la gracia,
creada por la mano del Inmenso,
que muestra su esplendor lleno de dones
al mirar compasivo mi destierro.

María es un misterio que arrebata
a quien trasciende sobre lo terreno
y penetra, con luz del Infinito,
el fruto portentoso de su seno.

Es arrullo de Dios mi Madre buena,
jardín claustral de inéditos ungüentos,
perfume que penetra y embellece
la inmensa inmensidad del universo.

Es recreo de Dios cuando se asoma
desde su eternidad en luz del cielo,
porque encuentra su gozo en sus entrañas,
en el silencio oculto de su pecho.

Es María sencilla cual paloma,
que esconde, en el arrullo de su vuelo,
a aquel Sancta Sanctórum del Dios vivo,
que no cabe en la bóveda del cielo.

¡Misterio de misterios es María!,
¡milagro de milagros del Inmenso!

28-8-1973

Ver escrito completo: Opúsculo nº 5

Colección: Luz en la noche. El misterio de la fe dado en sabiduría amorosa

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