Tiempo Ordinario
Sábado, 5 de octubre 2024
estola de color verde

TIEMPO DE CUARESMA

Va desde el Miércoles de Ceniza hasta el Triduo Pascual, que empieza con la Cena del Señor –el Jueves Santo-.

La preparación para la Pascua y la renovación de las promesas del Bautismo en la Vigilia Pascual son una invitación a profundizar en la importancia en el seguimiento de Cristo, que viene marcado desde los primeros días de Cuaresma.

El Miércoles de Ceniza nos invita a no echar en saco roto la gracia de Dios, ya que ahora es tiempo favorable, ahora es el día de la salvación. (Segunda lectura)

Y en el primer Domingo leemos en la oración colecta: ...concédenos, Dios Todopoderoso, avanzar en la inteligencia del misterio de Cristo y vivirlo en su plenitud.

Uno de los aspectos más importantes del misterio de Cristo, del que tendremos ocasión de hablar en este tiempo fuerte de Cuaresma, es el de nuestra participación en el sacerdocio de Cristo, en su postura de mediación. Ya nos hablaba de ello la primera lectura (profeta Joel) del Miércoles de Ceniza: Entre el atrio y el altar, lloren los sacerdotes, ministros del Señor, diciendo: Perdona, Señor, perdona a tu pueblo...

El sacerdocio de Cristo arranca de la Encarnación y el nuestro en ella se fundamenta por nuestra inserción en Él:

Leemos de la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia, en su libro Frutos de oración:

582. En el instante de la Encarnación, el alma de Cristo, por la grandeza de su perfección, fue capaz de vivir, contener y abarcar en la experiencia saboreable o dolorosa de su ser, toda su postura sacerdotal de recepción del Infinito y de respuesta, en retornación, al mismo Infinito; de receptor de la donación de Dios para todos los hombres y de recopilador de todos ellos en sí, siendo la respuesta de todo lo creado ante la infinita Santidad. (15-9-1974)

584. La primera postura sacerdotal de Cristo se manifestó principalmente recibiendo a Dios en la Encarnación; la segunda, respondiéndole en su vida privada; la tercera, dándonos a todos la vida en su inmolación; y la cuarta, en su resurrección, llevándonos con Él a la vida nueva; aunque en todos y en cada uno de los momentos de su vida, Cristo vive las cuatro posturas de su Sacerdocio. (12-1-1967)

Si somos fieles y no echamos en saco roto la gracia... que en este tiempo se nos ofrece a manos llenas, de verdad que entraremos dentro de este misterio de Cristo y dejaremos que el Señor que pasa, se posa y nos quiere poseer -en frase feliz de la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia- nos transforme. La liturgia de este período singular nos lo facilita.

Recordamos una vez más, que la liturgia nos pone en contacto con las realidades que en estas semanas de Cuaresma, y después en el tiempo Pascual, la Iglesia hará pasar ante nuestra mirada capaz de sorprenderse una vez más de las maravillas que ha hecho Dios con los hombres y la Iglesia nos da ocasión de vivirlas, cada vez más conscientemente, año tras año.

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