Nuevamente la Iglesia, a través de la liturgia, quiere acompañarnos durante todo un año para ayudarnos a vivir cada vez más conscientemente de su riqueza. Como Maestra, año tras año, pone ante nuestra mirada espiritual las fiestas y acontecimientos fundamentales que tienen que marcar nuestro vivir cristiano.
Empezamos uno de los tiempos "fuertes": Adviento. Guiará nuestros pasos hasta la Vigilia de la Navidad.
En las "Normas sobre el año litúrgico" leemos: "El tiempo de adviento tiene una doble índole: es el tiempo de preparación para las solemnidades de Navidad, en las que se conmemora la primera venida del Hijo de Dios a los hombres, y es a la vez el tiempo que por este recuerdo se dirigen las mentes hacia la expectación de la segunda venida de Cristo al fin de los tiempos".
Este año 2019-2020 haremos el ciclo A año Par. El fondo que guía el adviento es el mismo, pero con matices nuevos. Los así llamados tiempos "fuertes" tienen tres ciclos complementarios: A, B y C.
Entre la primera y última venida: Encarnación y Juicio Final; se desarrolla el tiempo de la Iglesia peregrina para iniciar ya con la última venida el día sin ocaso de la Iglesia triunfante.
Nos invita la oración colecta a salir al encuentro de Cristo que viene en Navidad para empezar bien el camino que nos llevará al último día, al juicio final.
|